Thursday, 29 September 2016

Naomi Campbell aún está en todas partes.



Es una agradable sorpresa que en una industria que venera la juventud, esta supermodelo de 46 años está más ocupada que nunca y es una figura omnipresente en el circuito de las fiestas.


A finales de agosto, presentó a Rihanna en los Video Music Awards en el Madison Square Garden de Nueva York. La semana siguiente, en el Festival Internacional de Cine de Venecia, asistió al estreno de Franca: Chaos and Creation, un documental acerca de Franca Sozzani, la poderosa editora de Vogue Italia.
Setenta y dos horas después, Naomi Campbell regresó a Nueva York y a Madison Square Garden, donde se tomó selfies con Kim Kardashian en el concierto de Kanye West antes de dirigirse a la fiesta de cumpleaños de Beyoncé, en el NoMad Hotel.
Un día después, estuvo invitada en Watch What Happens: Live de Bravo; más tarde asistió a algunos eventos de la Semana de la Moda en Nueva York, entre ellos la pasarela de Tom Ford en el restaurante Four Seasons.
Hace menos de una década, esta atractiva supermodelo era una de las chicas malas más notables de la industria, una diva vestida con diseños de Azzedine Alaïa al borde de convertirse en un chiste de los tabloides después de declararse culpable de asalto agravado dos veces en 17 meses: primero en Nueva York por arrojarle una BlackBerry a su ama de llaves, y después por tener una riña con dos policías británicos en el Aeropuerto de Londres-Heathrow, cuando desapareció su equipaje.




El libro “Naomi Campbell” de Taschen

Hoy, a sus 46 años, Campbell es omnipresente una vez más, con su distintiva forma de caminar aquí, allá y en todas partes, mientras disfruta de un repunte profesional que no se ve a menudo en el mundo de la moda.
Sin embargo, el ritmo vertiginoso de la carrera de Campbell plantea algunas preguntas: ¿qué tan lejos llegará en un negocio que tradicionalmente ha puesto un límite para las modelos que superan los 40 años? ¿Acaso su rompimiento con un oligarca ruso provocó que se concentrara de nuevo en su carrera? ¿Qué espera alcanzar exactamente a partir de todas estas apariciones, campañas y entrevistas?
Ni siquiera ella parece tener una respuesta clara.
“No hay plan”, dijo Campbell hace poco. “No hay un propósito. Lo sé. Probablemente debería tener uno, ¿verdad?”.
Quizá. Quizá no.
Todos en la moda conocen la forma de caminar de Campbell y su manera de ladear la cabeza a la derecha mientras echa un vistazo con despreocupación a los fotógrafos que están frente a la pasarela.
Campbell creció en un área pobre al sur de Londres, donde tomó clases de baile; lo que aprendió es evidente en su forma de modelar.
“Siente la música como nadie más”, dijo John Galliano, el diseñador de moda. “Cuando participa en una pasarela, no es fácil para las otras modelos, porque ella toma el mando. Se apodera del escenario”.



Campbell se prepara para un evento de beneficencia. Credit Damon Winter/The New York Times

Un agente de modelaje descubrió a Campbell mientras estaba en la preparatoria.
Desde entonces, las cosas se han movido rápidamente. A los 22 años, había estado en la portada de varias ediciones de Vogue; protagonizó el video Freedom! ‘90 de George Michael junto con Christy Turlington, Linda Evangelista y Cindy Crawford, y se desvistió en una fotografía de Steven Meisel para el libro de Madonna Sex.
“Ni siquiera le dije a mi novio que lo haría porque sabía que no lo aprobaría”, dijo Campbell, cuyas célebres parejas a lo largo de los años también han incluido a Adam Clayton de U2, Mike Tyson y Robert De Niro.
También fue una celebridad temperamental con la que era difícil trabajar; inhalaba la cocaína y bebía alcohol en exceso, y llegaba a las sesiones fotográficas con horas de retraso.
Incluso las personas que se mantuvieron a su lado no niegan haber vivido este lado de su personalidad. El productor y director Lee Daniels recordó haberse reunido con Campbell por primera vez a principios de los noventa, cuando la eligió para aparecer en un anuncio de servicio público para Rock the Vote.
“Llegó a la sesión tres horas tarde”, dijo. “La puerta de la limosina se abrió y ella salió como Cruella de Vil. Yo le grité con todas mis fuerzas por haber tenido el atrevimiento de llegar tarde a mi set, y ella me gritó también. La despedí en ese instante y me enamoré de ella justo ahí”.


Naomi Campbell testificó en el Tribunal Penal Internacional en 2010. Credit Agence 
France-Presse — Getty Images

Su sentido imperial del orgullo se exhibió por completo en 2010, ante la Corte Penal Internacional contra Charles Taylor, el expresidente de Liberia, quien le había regalado tres gemas (posiblemente se trataba de diamantes de guerra) a finales de los noventa.
Antes del juicio, Campbell había sido vista a menudo, pero casi nadie la había escuchado. Sin embargo, no perdió el tiempo y confirmó la imagen que el público tenía de ella. Vestida con un conjunto de chaqueta y vestido color crema, Campbell se expresó con desdén después de que se sugiriera que el regalo la había impresionado de alguna manera, pues dijo que los diamantes que dos hombres le dieron en una bolsa sin marcar eran “unas piedras mugrientas”.
A lo largo de los siguientes años, la vida de Campbell bajó su ritmo un poco. Estaba llegando a sus cuarenta y se encontraba de manera menos frecuente bajo los reflectores.
Se dedicó a ser activista, entre ellas se involucró en una iniciativa para aumentar la diversidad en las pasarelas. Aceptó conducir el reality show The Face, dedicado a participantes que aspiraban a ser modelos. Encontró el amor en Vladislav Doronin, un oligarca ruso que supuestamente tiene una fortuna de mil millones de dólares.



Vladislav Doronin y Naomi Campbell en Londres, en 2012 Credit Eamonn McCormack
/Getty Images

Los dos se conocieron en el Festival de Cine de Cannes en 2008 y tuvieron un romance que los paparazzi documentaron muy bien, pues los siguieron a lo largo del Mediterráneo y por cualquier lugar donde aterrizaban jets y atracaban yates.
Doronin incluso acompañó a Campbell en sus visitas a Nelson Mandela, quien había sido una suerte de padrino honorario. En 2012, Doronin organizó una gigantesca fiesta para celebrar su cumpleaños número 50 en Jodhpur, India, a la que asistieron muchas personas que se encontraban en su formidable libreta de contactos, entre ellos Kate Moss, Bob Geldof y Diana Ross, quien volvió al escenario para cantar ante una multitud de 200 personas.
Para ese momento, Campbell había controlado en gran parte su adicción y sus problemas de ira. Incluso comenzó a fungir como representante no oficial de la sobriedad para algunos de los nombres más grandes de la moda.
“Me tomé un pequeño descanso de la industria y ella estuvo ahí en todo momento”, dijo Galliano, refiriéndose a su salida de Dior en 2011. “Gracias a Naomi Campbell llegué a Arizona”, agregó, refiriéndose al tiempo que pasó en rehabilitación.
“Yo también”, dijo Marc Jacobs. “Con la ayuda de mi socio Robert Duffy y Anna Wintour, los tres intervinieron para que dejara mis adicciones. Naomi comenzó todo. Se dio cuenta de que yo estaba teniendo problemas terribles. Cuando he recaído, ha sido como telepatía. Es decir, se ha estacionado frente a mi casa cuando ha creído que algo anda mal”.
Después, en 2013, su relación con Doronin explotó.
El magnate ruso fue fotografiado a bordo de su yate con una modelo llamada Luo Zilin, quien representó a China en el concurso Miss Universo 2011 y quien había sido alumna de Campbell en The Face.
Según sus amigos, estaba devastada.
“Fue un momento difícil”, dijo Galliano.


Naomi Campbell con el entonces presidente de Sudáfrica Nelson Mandela,
 en 1998 Credit Anna Zieminski/Agence France-Presse — Getty Images

No obstante, Campbell ha probado una y otra vez que es una guerrera. Su singular habilidad para meterse en problemas solo es superada por su talento para escapar de ellos.
Días antes de que se publicaran las fotografías del yate, Campbell tuvo un regreso triunfante en Milán al modelar en su primer desfile de Versace en 14 años, con una microfalda negra de piel, las caderas en un vaivén, y el cabello que flotaba mientras la audiencia se ponía de pie para aplaudirle.
Cuando se canceló The Face en su segunda temporada, y Campbell escuchó que su amigo Daniels tenía una nueva serie dramática en Fox, hizo presión para obtener un papel.
Después de que Empire se convirtió en un éxito, Campbell fue invitada a una cena dedicada al diseñador de Burberry Christopher Bailey en la casa de Los Ángeles de Bryan Lourde, un poderoso personaje en Hollywood, y se sentó junto a Ryan Murphy, uno de los productores más exitosos de la televisión.
Al día siguiente, el equipo de Murphy comenzó a escribir un papel para Campbell como una agresiva editora de moda en American Horror Story: Hotel, mientras sus amigos en el mundo de la moda la anotaron para todo tipo de shows.


Naomi Campbell en la serie “Empire”, con Taraji P. Henson  
Credit Matt Dinnerstein/FOX

Algunos podrían preguntarse qué tan lejos puede llegar una modelo de 46 años que está debutando en su papel como actriz, pero es evidente que la gente la apoya.
Una de esas personas es Anna Wintour, quien dijo acerca de Campbell: “Se ha dicho mucho acerca de Naomi a lo largo de los años. Pero lo que siempre me ha sorprendido es lo motivada que está y lo mucho que trabaja. Es una guerrera, para las mujeres de color y para las causas en las que cree”.
Daniels también la apoya, y dijo que parte del motivo por el cual la gente no la abandona, a pesar de los altibajos, es su feroz lealtad, que está en sorprendente armonía con otros y que es muy divertida. “Creo que apenas está empezando”, dijo.
Aún sobreviven los vestigios de la antigua Campbell. Como muchos adictos que se están recuperando, tiene un empuje sobrenatural y también es desorganizada a más no poder. Va de la seguridad extrema a la inseguridad casi paralizante, y sus amigos dicen que no pueden predecir en qué estado la encontrarán: Naomi, la fiera indomable; o Naomi, la colegiala dócil. “Tampoco yo puedo saberlo”, dijo Campbell.
En abril, en la fiesta de lanzamiento de su libro en el Diamond Horseshoe, Campbell se convirtió en un mar de lágrimas al momento de dar un brindis, rodeada de amigos como Wintour, Jacobs, André Leon Talley y Gayle King.
“Es una niñita”, dijo Galliano. “Se derrumba”.

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