Tuesday, 4 October 2016

Derechos LGBT en la Argentina.




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Los derechos LGBT en Argentina han sido considerados de diferentes maneras a lo largo de la historia.
Desde julio de 2010 está vigente la ley de matrimonio igualitario que garantiza a los homosexuales todos los mismos derechos conyugales que a los heterosexuales, incluido el derecho de adopción y el reconocimiento sin distinción de la familia homoparental.


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Bandera

En 2012, se aprobó la ley de identidad de género, que permite que las personas trans (travestis, transexuales y transgéneros) sean inscritas en sus documentos personales con el nombre y el sexo a elección.1
En 2015, tras la entrada en vigencia del nuevo Código Civil y Comercial, las parejas sean del mismo o de diferente sexo pueden acceder a la figura legal llamada unión convivencial, con la cual se ejerce el derecho a vivir en familia, obteniendo ciertos efectos jurídicos aún cuando no se contraiga matrimonio.2 Ya desde 2003, en la ciudad de Buenos Aires y en la provincia de Río Negro existe la unión civil, que permite la unión formada libremente por dos personas con independencia de su sexo u orientación sexual que hayan convivido en una relación de afectividad estable y pública durante un tiempo determinado. En 2007, la ciudad de Villa Carlos Paz (Córdoba) también implementó la figura de la unión civil.

 A pesar de los avances legislativos, la homofobia y la discriminación continúan presentes en la sociedad argentina. En tanto, al año 2016 no existen leyes antidiscriminación a nivel nacional, que incluyan como categorías protegidas la orientación sexual e identidad de género.3

Historia

 

A pesar de que la actividad sexual entre personas adultas del mismo sexo que consienten en privado ha sido legal desde 1952, no existían leyes de derechos civiles destinadas a proteger a las personas LGBT, y la opinión pública tendía a despreciar a las personas pertenecientes a este colectivo.
A lo largo del siglo XIX fue tratada como una patología médica, se usaba como acusación contra los opositores políticos y se percibía como algo traído por los extranjeros. La única imagen pública de la homosexualidad era la prostitución urbana masculina y los lugares públicos utilizados para cruising. En 1914 se estrena Los invertidos, del autor José González Castillo.
A pesar de que la actividad sexual entre personas adultas del mismo sexo que consienten en privado ha sido legal desde 1952, no existían leyes de derechos civiles destinadas a proteger a las personas LGBT, y la opinión pública tendía a despreciar a las personas pertenecientes a este colectivo.
A lo largo del siglo XIX fue tratada como una patología médica, se usaba como acusación contra los opositores políticos y se percibía como algo traído por los extranjeros. La única imagen pública de la homosexualidad era la prostitución urbana masculina y los lugares públicos utilizados para cruising. En 1914 se estrena Los invertidos, del autor José González Castillo.
A pesar de que la actividad sexual entre personas adultas del mismo sexo que consienten en privado ha sido legal desde 1952, no existían leyes de derechos civiles destinadas a proteger a las personas LGBT, y la opinión pública tendía a despreciar a las personas pertenecientes a este colectivo.
A lo largo del siglo XIX fue tratada como una patología médica, se usaba como acusación contra los opositores políticos y se percibía como algo traído por los extranjeros. La única imagen pública de la homosexualidad era la prostitución urbana masculina y los lugares públicos utilizados para cruising. En 1914 se estrena Los invertidos, del autor José González Castillo.

 continua aqui

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